sábado, 12 de mayo de 2007

"El Centauro del Norte"

En 1910 se unió al movimiento maderista, primero a través de su compadre Eleuterio Soto, y después mediante Abraham González, con quién tenía ligas comerciales. El 17 de noviembre de 1910 atacó la Hacienda de Cavaría; ase mismo se dedicó a reclutar gente para sus tropas desde un principio. En la lucha armada maderista se distinguió por su audacia y organización. La Revolución Maderista comienza a revelar el ingenio militar de Francisco Villa, en el Tecolote, engaña a las fuerzas del General Navarro poniendo sombreros sobre estacas para simular un contingente mayor, obligando al General Navarro a la retirada. Sobresalió como Jefe de las Batallas de San Andrés, Santa Isabel, Ciudad Camargo, Las escobas y Estación Bauche, contra el General federal Manuel García Pueblita. Además, participó en el mayor triunfo, al lado de
Pascual Orozco: La Batalla de Ciudad Juárez, contra el General Juan N. Navarro a quién intentó fusilar incluso en contra de Francisco I. Madero. Después de tomar torreón por unos momentos, Villa se hace de los primeros trenes de sus fuerzas, que después servirían para transportar grandes contingentes de la División del Norte. Después de intentar tomar Chihuahua y no poder hacerlo, logra su primera gran victoria: La toma de Ciudad Juárez. Esta toma es descrita por Enrique Krauze como una acción de película, mientras una parte de los efectivos distrae a los enemigos, en las afueras de Chihuahua, la otra al mando de Francisco Villa, intercepta y descarga dos trenes de carbón en la estación de Terrazas, sus hombres abordan los vagones y la caballería los sigue por fuera rumbo a Ciudad Juárez, en cada estación, a partir de Terrazas, Francisco Villa apresa al telegrafista y pide instrucciones a la base de Ciudad Juárez fingiéndose el oficial a cargo de los convoyes. La noche del 15 de noviembre de 1913, mientras los soldados y oficiales federales dormían en los cuarteles o se solazaban en las casas de juego, una señal diminuta anuncia el asalto, en un santiamén las tropas villistas toman el cuartel, la jefatura de armas, los puentes internacionales, el hipódromo y las casas de juego. Los periódicos norteamericanos y la opinión pública se sorprenden ante la increíble acción. En la Hacienda de Bustillos sostuvo una entrevista con Madero y recibió el grado de Coronel. Después de la firma de los Tratados de Ciudad Juárez abandonó las armas: entregó el mando de sus tropas a Raúl Madero y radicó en Chihuahua, dedicándose al comercio de ganado.
En 1912 dio muestras de su lealtad a Francisco I. Madero, al rechazar la invitación de Pascual Orozco para rebelarse. Mas aún, retomó las armas para defender al gobierno maderista. Combatió en Chihuahua y Durango, y en Torreón se incorporó a las filas de la División del Norte Federal, que comandaba Victoriano Huerta. A su lado participó en las Batallas de Tlahualilo, Conejos y Rellano. Por su actuación militar fue ascendido a General Brigadier honorario. Victoriano Huerta, receloso de su brillantez a pesar de no ser militar de carrera y molesto por su independencia, con el pretexto de robo de una yegua lo procesó por insubordinación y ordenó su fusilamiento. Madero le salvó la vida, mediante la intervención de su hermano Raúl Madero y de Guillermo Rubio Navarrete. Como alternativa, fue enviado a la Ciudad de México y encarcelado en Santiago Tlatelolco. En su estancia en prisión conoció a Gilbardo Magaña, quién le enseñó a leer y le puso al tanto de los propósitos e ideales del agrarismo. A finales de 1912, Francisco Villa logró fugarse de prisión con la ayuda de Carlos Jáuregui, escribiente del juzgado de la cárcel. Tomó rumbo a Guadalajara y Manzanillo y logró llegar a El Paso, Texas. En el camino, el gobernador José María Maytorena le ayudó con dinero para proseguir su fuga. Ante los asesinatos de Francisco I. Madero y Abraham González en febrero y marzo de 1913, decidió retomar las armas contra el gobierno de Victoriano Huerta ante los llamados de los líderes militares del norte, encabezados por el Gobernador de Coahuila, Venustiano Carranza que llamaban a levantarse contra el usurpador. Ayudado una vez más por Maytorena, cruzó la frontera y se internó en Chihuahua. Con una fuerza de escasos nueve hombres inició su participación en el movimiento constitucionalista.

1 comentario:

Anónimo dijo...

se lo da!